El marketing no es sencillo. Pero comprenderlo puede serlo. Es decir, podemos eliminar la sobrecarga y articular una dirección clara con mayor facilidad de lo que creemos, a pesar de la cantidad de material que implica el marketing y de lo mucho que pueda parecer.
Porque algunas cosas nunca pasan de moda:
• Entender a las personas, la historia y la psicología.
• Conocer las preguntas, los problemas y las necesidades del comprador.
• Encuentra la coincidencia entre tus tendencias y estilo de comunicación (evalúa el tuyo aquí) y un mensaje único que los demás necesitan escuchar de ti (esto es lo que los mejores tienen en común).
Estos aspectos pueden ser difíciles de implementar, pero pueden ser fáciles de entender.
A medida que el marketing continúa cambiando (esa es mi frase "en un mundo acelerado y en constante cambio..."), podemos empezar a simplificar comprendiendo primero un paso evolutivo simple pero importante que estamos experimentando, específicamente con el marketing de contenidos:
Al principio, el marketing de contenidos se basaba en la constancia con la que compartías tu experiencia. Ahora se trata de la eficacia con la que la presentas y comunicas.
La capacidad de convertir tu experiencia en una plataforma de impacto es ahora el único factor diferenciador que nos queda a cada uno de nosotros. Vivimos en una era en la que todos comparten su experiencia. A veces, la competencia proviene de expertos valiosos con contenido genuino. Otras veces, nos enfrentamos a una avalancha de impostores (tanto personas como bots) que comparten conocimientos generalizados y contenido mediocre a una escala mayor que nunca.
Compartir nuestra experiencia de forma constante se ha convertido en algo fundamental. Deja de intentar competir con lo que antes funcionaba pero ahora no.
Lo que compartes en tu contenido no es una ventaja. La forma en que lo haces y cómo los haces sentir es la razón por la que podrían confiar en ti, seguirte y recomendarte. Todos hemos encontrado explicaciones densas y áridas de expertos que claramente entienden algo mejor que nadie, pero si les cuesta ayudarnos a entender... nos cuesta interesarnos.
A pesar de todas las tecnologías y los gráficos que muestran métricas interminables, el marketing es un trabajo que prioriza las emociones. Porque comprar es una actividad impulsada por las emociones.
El viejo lema entre los especialistas en marketing de contenidos era convertirse en la principal fuente de información de su sector. ¿Y ahora? Todos intentan hacerlo. ¿Cómo se gana? ¿Cómo se destaca?
"¡Se trata de cómo los hacemos sentir!", gritan los especialistas en marketing. Sí, pero ¿qué significa eso? ¿Historias tristes? ¿Llamada de protesta emocional? ¡Quizás! Probablemente no. Tenemos que alejarnos de los clichés para convertir esto en una práctica.
Se trata de presentar y comunicar tu experiencia de forma cuidadosa, estratégica y consistente. Se trata de conectar más profundamente que los demás, para que sientan una conexión personal contigo. Como resultado, podrían elegirte.
Lo que te distingue no es tu profundidad de experiencia, sino tu capacidad para que los demás se interesen por ella.
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