Introducción: Más Allá del Hype
Cada día, un nuevo titular anuncia el poder disruptivo o el peligro
inminente de la inteligencia artificial. Vivimos inmersos en un debate
constante, a menudo polarizado entre la euforia y el apocalipsis. Sin embargo,
más allá de la publicidad y el miedo, los datos reales sobre cómo la gente
común utiliza y percibe estas herramientas cuentan una historia mucho más
matizada y, en muchos aspectos, sorprendente. Este artículo desglosa los
hallazgos más contra-intuitivos y significativos de un reciente estudio del
Reuters Institute, que analiza el estado de la IA en seis países para revelar
lo que realmente está sucediendo detrás de la cortina del hype.
1. Su Adopción Está Creciendo Tres Veces Más Rápido que la de
Internet
El dato es impactante: en tan solo un año, el uso semanal de la IA
generativa casi se ha duplicado, pasando del 18% al 34% de la población
encuestada. Para poner esta cifra en perspectiva, el informe del Reuters
Institute señala que este crecimiento es "aproximadamente tres veces más
rápido que la expansión inicial del uso de internet". El análisis es
claro: la integración en ecosistemas existentes es el catalizador que permite a
la IA eludir la curva de aprendizaje tradicional de las nuevas tecnologías, acelerando
la exposición y el uso a un ritmo sin precedentes. Y como veremos, es
precisamente esta estrategia de integración la que está derribando las barreras
generacionales que muchos daban por sentadas.
2. Ya no es un Juguete Creativo: la Búsqueda de Información es el
Nuevo Rey
El principal caso de uso de la IA ha cambiado drásticamente en el
último año. Aunque la creación de contenido ya era un caso de uso popular, el
cambio más drástico ha sido la explosión de la IA como herramienta para obtener
información. Su uso semanal para esta tarea se duplicó con creces, pasando del
11% al 24%, superando con claridad a la "creación de medios" (que
creció de un 14% a un 21%). Tareas como "investigar un tema" (15%) y
"responder preguntas factuales" (que subió del 6% al 11%) están
impulsando este cambio. Lo que esto nos dice sobre el comportamiento del
usuario es que la IA está evolucionando de ser una novedad a una herramienta
utilitaria. De hecho, este crecimiento en la creación de medios fue impulsado
casi exclusivamente por la generación de imágenes, mientras que el uso para
crear video, audio o código se mantuvo estancado, reforzando la idea de que el
verdadero motor de la adopción masiva ha sido su utilidad informativa.
3. La "Brecha de Confianza": Seguimos Prefiriendo a los
Humanos para las Noticias
A pesar de su creciente utilidad, existe una profunda desconfianza
cuando la IA se aplica al periodismo. El informe identifica una clara
"brecha de confianza" (comfort gap) que, de hecho, se ha
ampliado ligeramente en el último año. Las estadísticas son elocuentes: solo el
12% de las personas se siente cómoda con noticias generadas enteramente por IA,
mientras que el 62% prefiere noticias hechas completamente por un periodista
humano. Incluso cuando un humano supervisa el trabajo de la IA, la comodidad
apenas aumenta al 21%. La preocupación del público es evidente, como resume
esta conclusión del estudio:
Las personas son más propensas a pensar que la IA generativa hará que
las noticias sean más baratas de producir (+39) y más actualizadas (+22), pero
también menos transparentes (-8) y, crucialmente, menos confiables (-19).
Esto revela una paradoja fundamental: mientras la tecnología se vuelve
más capaz, la confianza del público en su aplicación a temas sensibles no solo
no avanza, sino que se afianza en la necesidad insustituible del juicio humano.
4. Optimismo Personal, Pesimismo Social
Aquí es donde los datos se vuelven reveladores sobre nuestra psicología
colectiva. Cuando se pregunta sobre el impacto en sus vidas personales,
los optimistas superan a los pesimistas en cuatro de los seis países
encuestados. Sin embargo, el panorama cambia drásticamente al preguntar por su
impacto en la sociedad en general: aquí, los pesimistas superan a los
optimistas en tres de los seis países, incluyendo Estados Unidos. Es más, la
opinión en EE. UU. se ha agriado notablemente en el último año: el porcentaje
que espera que la IA mejore la sociedad ha caído 6 puntos, mientras que la
proporción que espera que la empeore ha subido 7 puntos. Adicionalmente, el
informe destaca que las mujeres son "significativamente menos propensas a
esperar que la IA generativa mejore sus vidas" y "más propensas a
esperar que empeore la sociedad". Esta dicotomía sugiere que, aunque vemos
el potencial para mejorar nuestra productividad individual, albergamos
profundas ansiedades sobre sus consecuencias colectivas.
5. Confiamos en la IA para la Ciencia, pero no para la Política (ni
para las Noticias)
La confianza del público en la IA no es monolítica; depende enormemente
del sector. Hay más optimistas que pesimistas sobre el impacto de la IA en
áreas como la salud, la ciencia y los motores de búsqueda. En marcado
contraste, los pesimistas superan a los optimistas cuando se trata de los medios
de comunicación, el gobierno y, de forma abrumadora, los políticos y partidos
políticos. Este patrón de confianza es aún más revelador si consideramos el
auge de la IA como herramienta de información: confiamos en ella para buscar
datos científicos, pero tememos que esa misma capacidad sea utilizada por
actores políticos para distorsionar la realidad. La línea divisoria es clara:
el público se muestra optimista cuando la IA se aplica a campos percibidos como
objetivos y basados en datos (ciencia, salud), pero se vuelve profundamente
pesimista cuando la tecnología toca esferas de poder, persuasión e ideología
(política, medios), donde el potencial de manipulación es mayor.
6. La Brecha Generacional No es lo que Parece
Es fácil caer en el tópico de que "solo los jóvenes usan IA".
Si bien es cierto que el uso es mayor entre los jóvenes (un 59% de los de 18 a
24 años usó IA en la última semana frente al 20% de los mayores de 55), el
informe introduce un matiz clave: esta brecha está impulsada principalmente por
ChatGPT. Cuando se analizan herramientas de IA integradas en productos
de uso masivo, como Copilot de Microsoft y Meta AI, el estudio concluye
que "no hay brechas de edad reales", y que estas diferencias son
mucho menores en el caso de Gemini de Google. La implicación clave de
esta cifra es que la adopción no depende solo de la edad del usuario, sino de
la accesibilidad y la perfecta integración de la herramienta en plataformas que
la gente ya conoce y utiliza a diario.
Conclusión: Una Adopción Inevitable, una Confianza Condicional
Los datos dibujan un panorama complejo y fascinante. La adopción de la
inteligencia artificial es masiva, veloz e innegable. Sin embargo, la confianza
del público no sigue el mismo ritmo. Es una confianza condicional, llena de
matices, y marcada por un profundo escepticismo hacia cómo las instituciones,
desde los medios de comunicación hasta los gobiernos, la utilizarán. Viendo que
la IA ya está aquí y crece a una velocidad sin precedentes, la pregunta ya no
es si la usaremos, sino ¿cómo aprenderemos a confiar en ella de manera
inteligente?
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