Luis
Alejandro Fuentes Ampuero,
Alumno
de Magíster en Ciencias de la Comunicación,
Universidad de La Frontera
La civilización y la barbarie se dan la
mano;
la humanidad se salvará porque los extremos se tocan.
Nuestra pretendida
civilización no es muchas veces más que un estado de barbarie refinada.
Lucio V. Mansilla: Una excursión a los
indios ranqueles, 1870
Presentación
“Mariluán: crónica contemporánea”, clasificada
como novela corta del autor chileno Alberto Blest Gana, conocido como el “padre
de la novela chilena”, fue publicada en 1862.
La historia –ambientada en 1832- gira en torno
a la figura de Fermín Mariluán, joven de origen mapuche que llega a formar
parte de ejército chileno, quien se enamora de una hermosa joven, pero es
rechazado por sus familiares, luego actúa de acuerdo a las creencias de su
pueblo y es rechazado por el ejército.
En resumen, Mariluán -quien ha sido formado y
actúa de acuerdo a las pautas “occidentales” -por lo menos en la primera parte
de la novela- es doblemente discriminado, primero por su origen mapuche ante
los familiares de su amada, y luego por sus compañeros de armas, por
comportarse como mapuche, siendo finalmente asesinado por uno de sus compañeros.
Contexto
histórico
Antes de abordar el tópico civilización y
barbarie en esta novela, resulta necesario establecer qué era lo que estaba
ocurriendo en el mundo que rodeaba al autor en el momento de escribirla.
En 1862, en Francia, Víctor Hugo publica “Los
miserables”, considerada una de las obras maestras de la literatura a nivel
mundial; en Estados Unidos se desarrolla la Guerra Civil que logró abolir la
esclavitud y reunir los diferentes estados en una única nación indivisible
En el ámbito indígena relacionado con Chile, 1862
es el tercer y penúltimo año del llamado “Genocidio de la Isla de Pascua”,
donde traficantes de esclavos se llevan a Perú a la mayoría de los varones de
la isla, mientras que en el sur de Chile, en el marco de la Ocupación de La
Araucanía (1860-1883), Cornelio Saavedra inició este año la instalación de fortificaciones
en las ciudades de Mulchén, Negrete, Angol y Lebu.
Estos últimos son hechos históricos verídicos
que rodean la publicación de la novela y que demuestran claramente la
marginación progresiva de los mapuches y la ocupación de sus territorios por
parte de chilenos y colonos extranjeros en aquella época.
Al mismo tiempo que se ocupaban los territorios
mapuches, la sociedad chilena también comenzó una transición desde el
colonialismo español hacia una sociedad burguesa, cuya riqueza se encontraba en
la minería, la ganadería y la agricultura. En las grandes ciudades se
avecindaron los nuevos ricos, construyendo palacios y mansiones, abandonando el
estilo austero de sus antecesores, donde ya se expresa el tópico civilización y
barbarie, distinguiendo entre los civilizados de la ciudad y los bárbaros de
los campos y pueblos, marginados estos últimos de la cultura y la educación.
Según Guillermo Gotschlich, las novelas de
Blest Gana circulan entre dos tiempos históricos: la Independencia (fin de la
dependencia colonialista) y el tránsito hacia la institucionalidad y la
constitución del sentido de nacionalidad del país (territorio nacional)
(Gotschlich, 1992: 53).
En cuanto a la vida personal del autor, en 1862
Blest Gana publica su obra más célebre y reeditada, “Martín Rivas”, centrada en
el amor imposible de un joven -cuya familia ha perdido su riqueza- y la hija de
su tutor, reflejando de manera detallada la vida de la sociedad santiaguina de
la época y algunos hechos vinculados con la Revolución de 1851. Este mismo año,
1862, publicó las novelas cortas “Mariluán”, “Un drama en el campo” y “La
venganza”, en las que incursiona en temáticas indígenas y rurales.
Asimismo, se debe menciona que "Mariluán:
Crónica contemporánea" fue la cuarta novela que Blest Gana publicó en
forma de folletín en “La Voz de Chile. Diario de la Tarde” en el curso del año
1862, entre los números 186 y 207, desde el 20 de octubre al 13 de noviembre
(Ballard, 1981).
Contexto
literario
La novela corta “Mariluán”, de Alberto Blest
Gana, se sitúa entre las primeras obras adscritas al “Realismo” chileno, forma
literaria que es inaugurada por la obra “Martín Rivas”, del mismo autor, que
destacaba por su observación de las costumbres chilenas, aunque presentándolas
de una manera estereotipada.
En tanto, en Europa, florece el Neorromanticismo,
corriente literaria proveniente de la restauración borbónica en España
(mediados y fines del Siglo XIX), donde destaca el melodrama costumbrista con
una finalidad ejemplarizante.
Desde Europa, el mismo Blest
gana reconoce la influencia de Balzac, principal representante de la novela
realista francesa, y tal como él, pretendía construir un panorama amplio del
Chile del Siglo XIX (Hosiasson, 2009).
El
tópico Civilización y Barbarie en la novela Mariluán de Alberto Blest Gana
Al principio de la novela, el personaje de
Mariluán constituye una figura indígena, masculina y heroica, que es comparada
por Blest Gana con los héroes mapuches descritos por Ercilla en "La
Araucana".
La
indómita energía de la raza inmortalizada por los cantos de Ercilla, brillaba en
los ojos de Fermín Mariluán.
“Mariluán”, Alberto Blest Gana, Pág. 4
Fermín Mariluán es hijo de un cacique y fue
entregado como rehén a cambio de un convenio que le permitió acceder al rango
de mayor del ejército y adquirir un sueldo mensual como gobernador, fue educado
en el Liceo de Chile para posteriormente ingresar al ejército y obtener el
grado de teniente de caballería.
Como señala Daniela Silva en su trabajo
"Deseo y alteridad indígena en Mariluán de Alberto Blest Gana", se
reconoce el objetivo normalizador de su paso por el ejército, donde los
individuos son encauzados e integrados a una sociedad regulada. Así, los
orígenes salvajes de Mariluán demandaban que fuera disciplinado para
transformarse en un ciudadano civilizado, por esto se le educó y adiestró en
las técnicas marciales.
Asimismo, Blest Gana muestra a Mariluán como un
ejemplo del indígena "civilizado", que además de integrarse
activamente a la sociedad, en este caso en el ejército, incluso parece olvidar
sus orígenes, especialmente en la etapa más intensa de su amor hacia Rosa
Tudela.
El sol
fecundo de la civilización había hecho germinar en el pecho de Mariluán la
simiente de una noble esperanza: quería regenerar a su raza por medio del
trabajo y de la honradez.
“Mariluán”, Alberto Blest Gana, Pág. 123
Sin embargo, el proyecto civilizador se
desmorona cuando la lectura diaria de “La Araucana” engendró en él un deseo de
reivindicación para su raza y la forma de vida mapuche. Aquí Mariluán revive su
origen y se torna contra la civilización, siendo estas las escenas en que se le
muestra más bárbaro, rebelado contra todo lo ajeno a su cultura originaria.
—¡Ustedes
olvidan que soy indio también! —replicó Mariluán con viveza.
—¡Indio
civilizado y que vale más que muchos chilenos! —dijo el compañero del alférez.
—¿Y
por qué los demás de mi raza no han de poder civilizarse como yo? —repuso
Mariluán.
“Mariluán”, Alberto Blest Gana, Pág. 118
—Soy
araucano, y no puedo mirar indiferente lo que sufren los araucanos: poner fin a
esos sufrimientos, colocando a los indios en situación de hacerse oír del
gobierno, he aquí mi ambición. Más no podrán obtener la reparación y la
justicia que merecen si no se presentan fuertes y terribles. Con el fuerte se
trata y al débil se le oprime. Yo he querido salvarlos de esa opresión y que se
les mire como a hermanos y no como a un pueblo enemigo del cual se pueden sacar
esclavos, despojándole de sus tierras. A este fin he consagrado mi vida y por
esa idea moriré: la creo noble, la creo santa. ¿No he peleado ya bastante por
el triunfo de tal o cual mandatario? ¡Pues bien, yo quiero pelear por la
felicidad de los que son mis hermanos!
“Mariluán”, Alberto Blest Gana, Pág. 118
Siendo Blest Gana un funcionario del gobierno
de la época, de familia noble, y en el fondo integrante de la sociedad que
desea ocupar las tierras del sur donde habitan los indígenas, cuesta creer que
haya tenido una imagen romántica de los mapuches como la planteada por Ercilla.
Al contrario, "Mariluán" parece ser
una forma de demostrar que a pesar de los esfuerzos civilizadores, de la
integración a la vida social e incluso en una relación amorosa con una mujer de
la ciudad, el indígena seguirá siendo un bárbaro, que finalmente deberá ser
eliminado, "anulando (Blest Gana) toda forma de solidaridad con el mundo
indígena", como señala Álvaro Kaempfer en "Alencar, Blest Gana
y Galván: Narrativas de exterminio y subalternidad".
En este sentido y tal como lo señala Hosiasson
en su artículo "Blest Gana, Martín y El Calavera", Blest Gana tenía
perfecta conciencia de la función ideológica de su obra, orientándose hacia una
literatura nítidamente nacional, y entendía que esa literatura debía estar al
servicio de la tarea civilizadora de la nación (Hosiasson, 2009).
A la
escasa luz de las estrellas contempló el rostro pálido de su víctima y sus
facciones se iluminaron con una salvaje alegría: para él, la cabeza de Mariluán
representaba la satisfacción del rencor y el pago ofrecido al asesino por las
autoridades chilenas.
“Mariluán”, Alberto Blest Gana, Pág. 125
Resulta interesante reflexionar sobre la
postura de Blest Gana ante el mundo indígena, pues por su posición política y
social –diplomático chileno- es muy probable que el imaginario social planteado
en “Mariluán”, haya sido el de la clase dominante chilena de la época: podemos
intentar civilizar al indígena, dejar que se asemeje lo más posible a nosotros,
pero finalmente seguirá siendo un salvaje, tendremos que eliminarlo y exponer
su cabeza en la plaza pública como forma de escarmiento para los demás.
Esta forma de pensar sería la que dio paso a la
ocupación de La Araucanía, intento maquillado de pacificación –realizada por un
ejército vencedor en la Guerra del Pacífico (1879-1883)- donde tal como lo
hicieran los españoles en el Siglo XVI, quienes aceptaban el paso de la
civilización eran integrados en cierta medida a la sociedad dominante, mientras
que quienes querían permanecer en su barbarie eran eliminados.
Es el mismo Blest Gana quien ensalza su propia
civilización, en un discurso pronunciado al ser integrado como miembro de
número en la Universidad de Chile en 1860:
"Nuestras
costumbres tienen un sello particular que las distingue y forman fecundo
manantial para el hombre de observación", postulando
una literatura "que combata los
vicios y ensalce las virtudes patrias y conmueva por la fuerza de su realismo”.
Vidal, 1990.
Según la premiada biografía "Alberto Blest
Gana" (1955), de Raúl Silva Castro, el objetivo del autor en esta novela
apunta a estudiar las reacciones sentimentales entre dos razas ("la
chilena y la araucana"), en el alma de un individuo que posee "dos
sangres" y que ha conocido "la civilización de los dominadores de su
pueblo", pero que debido a "los movimientos desordenados de la
voluntad" y "vacilaciones espirituales" pierde el éxito y cae en
la perdición.
Sin embargo, esta es una interpretación muy
superficial, que refirma la presencia del tópico civilización y barbarie, el
mapuche civilizado es muy débil, cede a sus instintos salvajes y se pierde.
Así, el objetivo consiste en instalar en el lector que la raza indígena es
inferior, se ha hecho lo posible por salvarlos, pero a pesar de los esfuerzos
están condenados a desparecer y ceder su espacio a la civilización.
En este mismo sentido, John S. Ballard sostiene
que el análisis de Raúl Silva Castro no se apoya en un estudio intrínseco y
exhaustivo de la obra, pues tal como "Martín Rivas", la novela corta
“Mariluán” logra establecer un mundo en que las bases económicas, sociales y
políticas están a la vista.
Más agudo en análisis es Gilberto Triviños,
quien circunscribe el tópico civilización y barbarie al "Gran Juego de
Chile", donde el mapuche siempre está muerto y el chileno es
indestructible:
La
familia textual de Mariluán no es la serie prisionera del mito civilizatorio,
de su sol fecundo, aun cuando en más de un aspecto es imposible desligarlo de
él. Sus reales parientes son, por el contrario, los que erosionan profundamente
la mitología legitimante de la pacificación definitiva de los hombres de la
tierra. La Araucana, Quilapán, Canto general, Poema de Chile, Pasión y epopeya
de Halcón Ligero, Memorial de la noche, Se ha despertado el ave de mi corazón.
La familia que no borra la regla del mundo descubierta por el inventor de Chile
en el suelo mismo de la Araucanía: la fatalidad del Gran Juego. Poder de la
idea, poder de los hechos, dice Baudrillard en el siglo XX. Poder de la
literatura, dicen Ercilla en el siglo XVI, Blest Gana en el siglo XIX, Lillo,
Mistral, Neruda, Subercaseaux, Manns, Chihuailaf, Lienlaf, Harris en los siglos
XX y XXI... Parece enterrado el otro étnico en el Reino (Arauco domado) y la
República de Chile (Pacificación definitiva de la Araucanía), pero desde la
muerte renace, “para ser otra vez semilla / más numerosa en la tormenta”, en la
familia engendrada por “el maravilloso caballero, por el grandioso poeta, por
el hidalgo don Alonso de Ercilla” (Neruda).
"Mariluán de Alberto Blest Gana:
Panóptico, utopía, alteridad”, Gilberto Triviños, 2004.
CONCLUSIONES
En conclusión, en "Mariluán", Alberto
Blest Gana hace explícita la combinación de impulsos salvajes y tendencias
civilizadoras presentes en Chile a mediados del siglo XIX, expresada en la
relación entre chilenos y mapuches del sur.
Para complejizar la trama literaria, Blest Gana
presenta a un indígena "civilizado", usándolo como ejemplo para los
demás indígenas: es posible civilizarse y seguir viviendo, aunque también para
los demás chilenos: es posible civilizar a un indígena para que pueda vivir
entre nosotros. Sin embargo, el drama amoroso y las tensiones con sus pares
reviven sus "impulsos salvajes", perdiéndose el efecto civilizador y
volviendo a su calidad de bárbaro, tras lo cual es asesinado.
Hoy, analizamos este discurso literario a la
luz de nuestros conocimientos sobre la interculturalidad y podemos escudriñar
en las intenciones del autor, pero ¿cuál habrá sido el efecto en los lectores de
la época y en el contexto histórico presentado al inicio de esta ponencia? Lo
más probable es que haya sido algo así como: “A pesar de la empresa
civilizadora, en el fondo los indígenas mantendrán sus valores bárbaros, los
cuales saldrán a relucir en cualquier momento, por lo que no vale la pena
perder el tiempo y se les debe avasallar a la brevedad”.
En el fondo, Mariluán es una demostración que
la reivindicación de la figura indígena y su inclusión en la civilización es
insostenible, pues ni siquiera este indígena formado en el ejército deja de
lado sus ideales mapuches de libertad y rebelión, por lo que es imposible
cumplir con el ideal de convivencia entre chilenos y mapuches, o civilizados y
bárbaros.
Finalmente, extrapolando esta lectura a la
realidad nacional actual, resulta increíble que los pueblos indígenas sigan
siendo tratados de la misma manera que a mediados del siglo XIX, pues tanto el
Estado como la sociedad en general mantienen su discurso civilizador sobre la
supuesta barbarie indígena, aunque modernizando los conceptos: apoyo a
emprendedores, formación de líderes, subsidios agrícolas o compra de
maquinarias.
Pero cuando el indígena vuelve la mirada hacia
sus orígenes, descubre la perdida de territorios físicos, socioculturales y se
rebela contra la sociedad civilizadora, la sociedad siente que el indígena ha
vuelto a su barbarie, se pierde el efecto civilizador, es calificado como
anarquista, terrorista, y debe ser eliminado.
BIBLIOGRAFÍA
Ballard, John S. (Otoño de 1981). "Mariluán: La novela
olvidada del ciclo nacional de Alberto Blest Gana". Literatura chilena,
creación y crítica, 5, Nº 4, 2 - 9.
Biblioteca Nacional de Chile. (2017). Alberto
Blest Gana (1830-1920). 02-01-2017, de DIBAM Sitio web:
http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3273.html
Blest Gana, A. (2001). "Mariluán".
Santiago de Chile: Facultad de Ciencias Sociales – Universidad de Chile.
Gotschlich, Guillermo (1992). "El realismo
en la novelística de Blest Gana". Santiago de Chile: RIL.
Hosiasson, L. (Noviembre 2009). "Blest
Gana, Martín y El Calavera". Revista Chilena de Literatura, 75, 259 - 269.
Kaempfer, A. (2006) "Alencar, Blest Gana y
Galván: Narrativas de exterminio y subalternidad". Revista Chilena de
Literatura. Número 69, 89106.
Silva Valeria, D. "Deseo y alteridad
indígena en Mariluán de Alberto Blest Gana". Universidad de Concepción.
Análisis literario realizado en el curso “Literatura y mal: Novela chilena del
siglo XIX”.
Silva Castro, R. (1955). "Alberto Blest
Gana". Santiago de Chile: Zig-Zag.
Triviños, Gilberto . (II Sem. 2004).
"Mariluán de Alberto Blest Gana: Panóptico, utopía, alteridad".
Atenea, 490, 33-57.
Vidal, V. (1990). "Dejó el ejército y se
hizo escritor". Punto Final, 19.
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