Lo vemos en los discursos de los grandes líderes, en publicidad o marketing. La tríada o el tricolon, la repetición de tres palabras o frases con un paralelismo en cuanto a estructura, longitud o ritmo, es una de las figuras retóricas más útiles para que nuestro mensaje llegue con eficacia al público.
Tres ejemplos: el tantas veces repetido «Por tierra, mar y aire», el lema de Francia «Liberté, Égalité, Fraternité» o el «Yes, we can. Yes, we can. Yes, we can» de Barack Obama.
Tradicionalmente, la triada es un recurso habitual en oratoria, pero cada vez se utiliza más como estrategia comunicativa en casi cualquier ámbito. Si observamos con detenimiento los mensajes que recibimos, detectaremos el tricolon en numerosos textos o presentaciones. Desde un eslogan, hasta un anuncio, pasando por las publicaciones de contenidos audiovisuales en las redes sociales.
¿Cuál es el secreto? ¿Por qué funciona?
En general, al cerebro humano le gustan los bloques de tres, que facilitan la comprensión y el recuerdo, basándose en el orden y la organización. Además, es un número que ofrece una sensación de rotundidad, similar a la de la estructura de una historia, con un inicio, desarrollo y final.
También podemos encontrar paralelismos en patrones de la naturaleza o el tiempo, con múltiples ejemplos. El estado del agua: sólido, líquido y gaseoso. La división del día: mañana, tarde y noche. O la vida: pasado, presente y futuro.
Es una enumeración que no es larga. Podemos escoger, pero no tenemos demasiadas opciones. Y la estructura es sencilla. Tres parece el número ideal, en la mayoría de casos. Desde el clásico menú de McDonald’s, de hamburguesa, patatas y bebida, hasta títulos de películas o frases históricas célebres como «Veni, vidi, vinci» o «Sangre, sudor y lágrimas», pasando por la promoción en las redes sociales de programas de televisión como este: «Una botella que vale una fortuna. Un golpe preparado al milímetro. Un robo de película. El próximo domingo, #AnatomíaRoboVino».
Los publicistas y los políticos, o quienes les escriben sus discursos, así como los especialistas en oratoria, son conscientes del poder de la tríada. Sobre todo, estos últimos, que saben que es un recurso simple y eficaz. Menos es más. Una técnica que, incluso a veces, se utiliza casi inconscientemente.
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