Conocerse a uno mismo y a los demás puede ser determinante para el buen funcionamiento de los equipos y la comunicación entre personas, en el entorno laboral. Una de las herramientas que nos puede ayudar a conseguirlo, según J.Sanz, asesor en carreras profesionales, es el modelo EBEA (Estilo Básico de Enfoque y Acción) basado, principalmente, en un cuestionario, «con una orientación formal, destinado al ámbito empresarial», y que clasifica a cada persona, asociando su personalidad a un color.
Sanz explica que el modelo se basa en dos ejes; uno horizontal (Se impone – Se adapta) y otro vertical (Cosas – Personas). Los cuatro perfiles analizados, representados por los colores rojo, verde, amarillo y azul, se sitúan, cada uno, en una parte del gráfico.
La clasificación de los colores, según el Modelo EBEA.
La personalidad del rojo corresponde a la de alguien decidido, dominante, impulsivo, impaciente, centrado en el aquí y ahora y orientado principalmente a los objetivos y resultados. Se impone y se enfoca en las cosas.
El verde es expansivo, entusiasta, persuasivo, participativo y buen vendedor. De la misma manera que el rojo, se impone, pero, en este caso, se orienta hacia las personas.
El carácter del amarillo es el de una persona metódica, estructurada, analítica, precisa y perfeccionista. Se adapta y se centra en las cosas.
Finalmente, la personalidad del azul corresponde a la de alguien empático, emocional, paciente, prudente, constante, partidario de la cooperación y armonía. Como el amarillo, se adapta. Sin embargo, se dirige hacia las personas.
Empatía estratégica
El cuestionario que realiza J. Sanz determina el color dominante de cada persona, aunque también puede haber uno secundario. El rojo y azul son antagonistas. Lo mismo sucede con el verde y amarillo. Según el asesor en carreras profesionales, les diferencia el ritmo, a la hora de gestionar problemas. El rojo y verde son perfiles de resolución más rápida, mientras que el azul y amarillo son más lentos.
Sabiendo cómo funcionan los «colores» que tenemos delante, es recomendable «ponernos en su piel y adaptar nuestra manera de comunicar», para que sea más eficaz. Es decir, «teniendo en cuenta los códigos de cada color, es aconsejable adecuar el mensaje que queremos transmitir para que el destinatario lo entienda».
«Es un ejercicio de empatía útil», afirma Sanz, al mismo tiempo que concluye que «no puedes comunicar si no conoces lo que el otro va a entender».
FOTO DE PORTADA: ALEXAS_FOTOS.
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