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Nelly Calderón Lawrence: La mujer yagán que se casó con el hijo de un misionero inglés


En su primer viaje a Tierra del Fuego (1918-1919), el sacerdote y antropólogo alemán Martín Gusinde tomó contacto con la familia Lawrence, cuyo patriarca, John Lawrence, llegó a Tierra del Fuego a principios de la década de 1870 como integrante de la South American Missionary Society.

John Lawrence había nacido en 1844 en Great Malvern, condado de Worcester, Reino Unido. Convertido en pastor y misionero anglicano, en 1869 viajó junto a su familia y la familia del misionero Thomas Bridges hasta la Isla Keppel (en las Islas Malvinas).

Posteriormente, en 1871, los Bridge, los Lawrence y los Lewis instalaron una misión anglicana en Ushuaia, hasta donde se acercaron varias familias yaganes.

En 1898 los Lawrence abandonaron la misión de Ushuaia y se radicaron en la Estancia Punta Remolino, 30 km al Este de Ushuaia, de frente al Canal Beagle, en terrenos que les cedió el gobierno argentino de Julio Roca en gratitud a la labor que la familia realizó entre la población Indígena.

En la actualidad, la Estancia Remolino ofrece servicios turísticos.  

Durante más de 30 años, la estancia de los Lawrence en Punta Remolino sería reconocida como un refugio y fuente de trabajo para los yaganes, selk'nam y haush que deambulaban por esa zona, condición que mantuvo hasta la muerte de su propietario en 1932.

"Es en esta oportunidad, cuando efectúa su primera visita a la tribu Yamana en Punta Remolino, donde habitaba un ex misionero anglicano de apellido Lawrence, y conoce a la esposa de uno de ellos, llamada Nelly, una Yamana, bastante culta, que prestará a Gusinde en el futuro muy valiosa colaboración, en sus reiterados viajes de estudio.  Este grupo de Yamanas de Punta Remolino estaba integrado por unos 60 miembros y su campamento situaba muy cerca de la casa de los Lawrence" (Nicolás Matijevich).

"El venerable John Lawrence tenía detrás de sí una labor de cincuenta años como misionero al servicio de estos indígenas. Su segundo hijo, Federico, creció en el ambiente de ellos y durante toda su vida estaba en contacto con los indígenas. Ya alrededor de veinte años Federico vivía en matrimonio con Nelly, mujer yámana de purísima sangre, que en todo su modo de ser y pensar manifestba las particularidades de su pueblo. En sus seis hijos predomina en mucho el tipo indio; pero en grado más pronunciado en las tres niñas mayores que en los tres muchachos menores. Desde su temprana infancia hablaban ellos el yámana y de este idioma siempre se servían en contacto con su madre, mientras con su padre hablaban en general el inglés" (Gusinde).

Nelly Calderón Lawrence junto a sus hijos e hijas, fotografiados por Martín Gusinde, alrededor de 1920.

Nelly Lawrence, o Nelly Calderón Lawrence, era la tía de Úrsula y Cristina Calderón (en la actualidad, la ultima hablante yagán nativa) y la primera esposa de Fred Lawrence, hijo del misionero anglicano John Lawrence (Chapman, 2010).

La colaboración de Nelly fue fundamental para el buen desarrollo de la investigación de Gusinde y él lo reconoce: “Agradezco sinceramente a esta activa e inteligente mujer por los éxitos inesperadamente hermosos que he obtenido en la investigación de los yámana” (Gusinde, 1986: 168).

Anne Chapman (2010) comenta que aunque Nelly no mantenía las antiguas prácticas canoeras, “era el sueño del antropólogo hecho realidad”, pues hablaba fluidamente yagán, español e inglés, además, estaba “dispuesta a compartir con los extranjeros de confianza su conocimiento acerca de su gente y convencer a otros que hicieran lo mismo; aunque sin perdonar, al recordar los horrores que llevaron a su gente a la extinción”.

“Nelly me acompañaba a ver a las mujeres, sentadas junto al fuego de su choza y que se comportaban con gran vivacidad, o al menos se mostraban más conversadoras, si ella estaba presente. Sin que yo lo notara, hacía averiguaciones, junto a algunas de sus dispuestas indias, acerca de lo que se me había contado y mostrado. A continuación, cambiaban opiniones sobre lo que aún me quedaba por saber y experimentar” (Gusinde).

"Ha sido en especial Nelly Lawrence, este tipo perfecto de una mujer yámana, quien con atención inquieta y recelosa, me abrió la entrada al mundo espiritual peculiar de su pueblo. Este mundo espiritual nunca antes fue hecho accesible en medida semejante a otros europeos. Este libro es un testigo fidedigno de mi sincera gratitud a esta sencilla y noble mujer fueguina del Archipiélago del Cabo de Hornos" (Gusinde).

"Nelly Lawrence era fueguina en todo sentido: en su exterior mostraba las características típicas de su raza, y en cuanto a los valores culturales de su pueblo era dedicada a ellos de todo corazón. Yo mismo no sabría decir cómo ha sucedido que desde el principio ella me trató con un favor tan especial; había yo observado con frecuencia que en general ella era tímida y reservada frente a huéspedes europeos. Pero cuando ella vio mi sincero empeño en respetar la auténtica herencia cultural de sus antepasados, ya no evitaba esfuerzos para facilitarme y concederme todo lo que podía ser útil en mi labor... Taciturna y decisiva como era, me prestó su colaboración muy activa. Me prometió en especial convocar gran número de paisanos para que yo pudiera verlos y conocerlos. Y muy pronto nos acostumbramos mutuamente: yo los visitaba en sus cabañas y me movía en su compañía como si yo desde largo tiempo fuera uno de ellos" (Gusinde).

"Como nuera del misionero John Lawrence, Nelly vivió en la misma casa y estuvo diaramente en contacto con este hombre profundamente religioso... Convencida en lo más profundo de su ser, ella me confesó que la fe tradicional en Watauinaiwa la satisfacía plenamente y que no sentía anhelo alguno de las cosas que contaba frecuentemente John Lawrence hablando de su `Señor´. Y dijo Nelly Lawrence: `¡Mucho más bello, incomparable, es todo lo que los yámanas cuentan de nuestro Watauinaiwa!´".  Me transmitió esta convicción muchas veces y con gran orgullo. En el Registro General de los Bautizados no figura su nombre, y nunca encontré en Nelly Lawrence algún rastro de la fe cristiana. Ella se sentía bien y feliz en su fe en Watauinaiwa, Hidabuan (Mi Padre). Era ella de verdad una persona profundamente religiosa. Repetidamente me explicaban los yámanas: "Al haber muerto el hombre, cesa toda unión (o relación) entre nosotros y aquel keshpix... No sabemos cómo entra el keshpix cuando el niño comienza a vivir; y tampoco sabemos adónde se va su keshpix (al morirse el hombre). ¡Se va muy lejos el keshpix, se va a través de los mares!" (Gusinde).

"Al despedirnos por última vez, Nelly me aseguraba que ya podría ella soportar el grave destino de su pueblo con mayor tranquilidad, porque ahora tenía la gozosa conciencia de que todas las observaciones que me proponía reunir en un extenso libro, rehabilitarían para siempre a sus tan difamados paisanos" (Gusinde).

NOTAS:

Watauinaiwa: Deidad principal en la espiritualidad yagán. Literalmente se podría traducir como "el antiguo, el eterno, el invariable".

Keshpix: El equivalente al "espíritu".

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